El aislamiento térmico es una técnica que consiste en aplicar materiales que reducen la transmisión de calor entre dos ambientes con temperaturas diferentes. El objetivo es mantener una temperatura adecuada en el interior de un espacio, ya sea una vivienda, una oficina, un edificio o una instalación industrial, sin necesidad de consumir mucha energía para calentar o enfriar el ambiente.
El aislamiento de temperaturas tiene múltiples beneficios, tanto para el confort y la seguridad de las personas que habitan o trabajan en esos espacios, como para el cuidado del medio ambiente y el ahorro energético.
Mejora el ambiente y la calidad de vida
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Uno de los principales beneficios del aislamiento térmico es que mejora el ambiente y la calidad de vida de los ocupantes de un espacio. Al evitar las pérdidas o ganancias de calor, se consigue un confort térmico óptimo, es decir, una sensación de bienestar y comodidad con la temperatura del ambiente.
El confort térmico depende de varios factores, como la temperatura del aire, la humedad relativa, la velocidad del aire y la temperatura radiante de las superficies. El aislamiento térmico ayuda a controlar estos factores, creando un clima interior más saludable y agradable.
Además, previene contra las humedades por condensación, que se producen cuando el vapor de agua del aire se condensa al entrar en contacto con una superficie fría. Estas humedades pueden provocar la aparición de mohos y hongos, que son perjudiciales para la salud y deterioran los materiales de construcción. Se evita que las superficies se enfríen demasiado y que se produzca la condensación.
Ahorra energía y dinero
Otro beneficio importante del aislamiento térmico es que permite ahorrar energía y dinero. Al reducir la transmisión de calor entre el interior y el exterior, se disminuye la demanda energética para mantener una temperatura adecuada en el espacio. Esto significa que se necesita menos energía para calentar o enfriar el ambiente, lo que se traduce en un menor consumo de combustibles fósiles o electricidad.
Según la Fundación de la Energía, el ahorro energético gracias al aislamiento térmico puede variar entre un 31% y un 80%, dependiendo del tipo de aislamiento y de la zona climática. Esto implica una reducción significativa en las facturas de luz o gas, así como en las emisiones de gases de efecto invernadero.
Contribuye a la sostenibilidad y al medio ambiente
Finalmente, también contribuye a la sostenibilidad y al medio ambiente. Al ahorrar energía, se reduce el impacto ambiental de la generación de electricidad o calor, que suele implicar la quema de combustibles fósiles como el carbón, el petróleo o el gas natural. Estos combustibles son responsables de gran parte de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) y otros gases contaminantes que provocan el cambio climático y la contaminación atmosférica.
Además, puede realizarse con materiales ecológicos y reciclables, como la paja, la lana de oveja, las fibras vegetales o el corcho. Estos materiales tienen un bajo impacto ambiental en su producción y transporte, y pueden reutilizarse o reciclarse al final de su vida útil.
Tipos de aislamiento térmico
Existen diferentes tipos de aislamiento térmico según el lugar donde se apliquen los materiales aislantes. Los más comunes son:
- Aislamiento térmico exterior: consiste en recubrir las fachadas o las cubiertas de los edificios con planchas o paneles aislantes. Estos pueden ser de poliestireno expandido, espuma rígida de poliuretano, lana mineral u otros materiales. El aislamiento exterior tiene la ventaja de que no reduce el espacio interior y que protege la estructura del edificio de las variaciones térmicas y de las humedades.
- Aislamiento térmico interior: consiste en colocar planchas o paneles aislantes en el interior de las paredes, los techos o los suelos. Estos pueden ser de los mismos materiales que el aislamiento exterior, o de otros como el yeso laminado o el cartón yeso. El aislamiento interior tiene la ventaja de que se puede realizar en cualquier momento y que permite una mayor variedad de acabados.
- Aislamiento térmico por inyección: consiste en rellenar las cámaras de aire que existen entre las paredes con materiales aislantes en forma de espuma, gránulos o fibras. Estos pueden ser de poliuretano, celulosa, perlita u otros materiales. El aislamiento por inyección tiene la ventaja de que no altera la estética del edificio y que se puede realizar sin obras.
Existen diferentes tipos de aislamiento según el lugar donde se apliquen los materiales aislantes, y cada uno tiene sus ventajas e inconvenientes. Lo importante es elegir el tipo más adecuado para cada caso y contar con profesionales cualificados para su instalación.