Las ventanas son una de las principales fuentes de pérdida de calor en una vivienda, lo que puede suponer un aumento del consumo energético y de la factura eléctrica.
Por eso, es importante aislar térmicamente las ventanas para mejorar el confort y el ahorro en el hogar. Cómo hacerlo con algunos consejos prácticos.
¿Qué es el aislamiento térmico?
Indice de Contenido
El aislamiento térmico es la capacidad de un material o de un conjunto de materiales de impedir o reducir el paso del calor entre dos ambientes con temperaturas diferentes.
El objetivo del aislamiento térmico es mantener una temperatura interior adecuada, independientemente de la temperatura exterior, evitando las pérdidas o las ganancias de calor no deseadas.
¿Por qué es importante aislar térmicamente las ventanas?
Las ventanas son elementos que comunican el interior y el exterior de la vivienda, y por tanto son susceptibles de transmitir el calor entre ambos. Según el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), las ventanas pueden ser responsables de hasta el 30% de las pérdidas de calor en invierno y del 50% de las ganancias de calor en verano.
Esto implica que, si las ventanas no están bien aisladas, tendremos que gastar más energía en calefacción o en aire acondicionado para mantener una temperatura confortable en el interior. Además, unas ventanas mal aisladas pueden provocar problemas de condensación, humedad, ruido y corrientes de aire.
Por el contrario, unas ventanas bien aisladas nos permitirán ahorrar energía, dinero y emisiones de CO2, al reducir la demanda de climatización. También mejoraremos el confort térmico y acústico en nuestra vivienda, al evitar las variaciones bruscas de temperatura y los ruidos externos.
¿Cómo aislar térmicamente una ventana?
Existen diferentes formas de aislar térmicamente una ventana, dependiendo del tipo, el estado y el presupuesto que tengamos. Algunas de las opciones más habituales son:
- Cambiar las ventanas por unas más eficientes: esta es la opción más costosa pero también la más efectiva. Se trata de sustituir las ventanas antiguas por unas nuevas que tengan un mejor aislamiento térmico y acústico. Para ello, hay que tener en cuenta aspectos como el tipo de vidrio, el tipo de marco, el tipo de apertura y el sistema de cierre. Lo ideal es elegir unas ventanas que tengan doble o triple acristalamiento, con cámara de aire o gas entre los cristales, que reducen la transmisión del calor y del ruido. También es conveniente optar por unos marcos que sean de materiales aislantes, como el PVC o la madera, y que tengan rotura de puente térmico, que evita que se produzcan condensaciones. Asimismo, hay que asegurarse de que las ventanas tengan un buen ajuste y sellado, para evitar las filtraciones de aire.
- Instalar burletes o juntas en las ventanas: esta es una opción más económica y sencilla que la anterior, pero también menos duradera. Se trata de colocar unos perfiles o tiras adhesivas en los huecos o ranuras que hay entre el marco y la hoja de la ventana, para impedir el paso del aire y mejorar el aislamiento. Los burletes o juntas pueden ser de diferentes materiales, como caucho, silicona, espuma o metal. Hay que elegir los que mejor se adapten al tipo y al tamaño de nuestra ventana, y colocarlos correctamente siguiendo las instrucciones del fabricante.
- Colocar cortinas o persianas en las ventanas: esta es una opción complementaria a las anteriores, que nos permite regular la entrada de luz y calor según la estación del año. En invierno, podemos aprovechar las horas de sol para dejar entrar el calor por las ventanas, y cerrar las cortinas o persianas por la noche para evitar que se escape. En verano, podemos hacer lo contrario: cerrar las cortinas o persianas durante el día para bloquear el calor y abrirlas por la noche para refrescar la vivienda. Las cortinas o persianas pueden ser de diferentes materiales, colores y diseños, pero lo más recomendable es que sean de tejidos gruesos y oscuros, que aíslan mejor del calor y de la luz.
Conclusiones
Aislar térmicamente las ventanas es una medida que nos puede reportar muchos beneficios, tanto a nivel económico como ambiental y de confort. Existen diferentes formas de hacerlo, desde cambiar las ventanas por unas más eficientes hasta instalar burletes o juntas o colocar cortinas o persianas. Lo importante es elegir la opción que mejor se adapte a nuestras necesidades y a nuestro presupuesto, y realizarla correctamente para garantizar un buen resultado.