Los aislamientos térmicos industriales son materiales y técnicas que se utilizan para reducir la transmisión de calor entre espacios con diferentes temperaturas, como por ejemplo, entre el interior y el exterior de una fábrica, o entre las tuberías que transportan fluidos calientes o fríos y el ambiente.
El objetivo de los aislamientos térmicos industriales es mejorar la eficiencia energética, el confort térmico y la seguridad de los procesos industriales.
Tipos de aislamientos térmicos industriales
Indice de Contenido
Según su composición, los aislamientos térmicos industriales se pueden clasificar en tres tipos principales:
- Minerales: Son materiales que se forman por el entrelazado de filamentos de origen pétreo, como la lana de vidrio o la lana de roca. Estos materiales contienen aire inmóvil entre sus fibras, lo que les confiere una baja conductividad térmica. Se usan en forma de mantas, paneles o coquillas para aislar cubiertas, fachadas, suelos, falsos techos, conductos de aire acondicionado, protección de estructuras, etc.
- Celulares: Son materiales que se forman por celdas cerradas o abiertas, que pueden ser rígidas o flexibles. Algunos ejemplos son el poliuretano, el poliestireno expandido o la espuma fenólica. Estos materiales tienen una baja densidad, una baja capacidad calorífica y una resistencia aceptable a la compresión. Se usan en forma de planchas o espumas proyectadas para aislar paredes, techos, suelos, tuberías, depósitos, etc.
- Granulares: Son materiales que se forman por pequeñas partículas de origen inorgánico, como la perlita o la vermiculita. Estos materiales tienen una estructura porosa que les confiere una baja conductividad térmica. Se usan en forma de gránulos sueltos o aglomerados para rellenar huecos o cavidades.
Ventajas de los aislamientos térmicos industriales
Los aislamientos térmicos industriales tienen múltiples beneficios, tanto para las empresas como para el medio ambiente. Algunas de las ventajas son:
- Ahorro energético: Al reducir las pérdidas o ganancias de calor, se disminuye el consumo de energía para climatizar o refrigerar los espacios o los fluidos. Esto supone un ahorro económico y una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.
- Confort térmico: Al mantener una temperatura constante y adecuada en los espacios interiores, se mejora el bienestar y la productividad de los trabajadores.
- Seguridad: Al evitar el contacto con superficies muy calientes o muy frías, se previenen accidentes laborales por quemaduras o congelaciones. Además, algunos aislamientos térmicos tienen propiedades ignífugas o retardantes del fuego, lo que aumenta la protección contra incendios.
- Protección: Al evitar las variaciones bruscas de temperatura, se evita la dilatación y contracción de los materiales, lo que prolonga su vida útil y evita averías o fugas. Asimismo, algunos aislamientos térmicos previenen la condensación y la corrosión de las superficies metálicas.